Hola, soy Estefanía y soy neurótica.

Nunca me había planteado que los problemas emocionales que siendo adulta he estado arrastrando o arrastro, podían estar ya en la niñez, es por ello el interés en el inicio de la neurosis en mi niñez.

Sabía que, como enfermedad familiar, padecí el alcoholismo en mi familia y comprendía las consecuencias que esta enfermedad podía tener en mi desarrollo como persona y en el desarrollo de todos los miembros de mi familia, pero nunca me había contemplado como un ser individual, independiente de la familia y del alcoholismo.

Ahora que estoy en Neuróticos Anónimos en Línea, he podido observar mi niñez. Independientemente de que la neurosis haya sido, en mayor o menor medida, consecuencia del alcoholismo en mi familia, la cuestión es que descubro en mí la neurosis ya como niña.

No puedo decir, que en el inicio de la neurosis en mi niñez yo fuera un “caso perdido”: me relacionaba con amigas y compañeras, con mi familia, no faltaba a clases, aprobaba las asignaturas, no me metía en problemas…en fin, aparentemente todo era como cabía esperar.

Pero ahora me doy cuenta de la imaginación desbordante que yo tenía. Pasaba muchas horas imaginando cosas. Recuerdo que imaginaba que era hija de otra familia, también imaginaba que podía abandonar mi casa; leía muchos, muchos libros, leía todo lo que caía en mi mano; durante muchos años dormí en la misma habitación que mi hermano, porque tenía miedo por las noches y, cuando sobre los diez u once años por fin me animé a dormir sola, tenía pesadillas por las noche.

Creo que la imaginación es normal en los niños, incluso debe ser saludable; también pienso que la curiosidad intelectual y por conocer, está bien, es gratificante…pero creo que tanto una cosa como otra las utilicé para escapar de un ambiente familiar que, sin bien no era terrible, sí que era opresivo; y creo que también utilicé estas conductas para empezar a escapar de mí misma.

En el inicio de la neurosis en mi niñez, aunque no era una niña introvertida y me relacionaba aparentemente sin problemas, por determinados periodos, durante mi niñez, mi adolescencia y mi juventud, era extremadamente tímida. En algunos periodos, era capaz de no hablar en una reunión de personas, salvo si éstas eran de total confianza. En aquellos momentos, lo que sentía era una extraordinaria vergüenza de mí misma. Sentía que lo que yo pudiera ser o decir, o hacer, no le interesaba a nadie y que no estaba a la altura de las demás jóvenes de mi edad.

Desde niña me sentía muy protectora de mi hermano, cuatro años menor que yo, y ello, ya incluso en la vida adulta, me ocasionó problemas y mucho sentimiento de culpa.

Durante el inicio de la neurosis en mi niñez, el sentimiento de soledad era también constante. Incluso con un buen grupo de amigas, durante mi juventud sentía una sensación de soledad que hasta me llegaba a oprimir físicamente. Era como si la soledad se materializara y ocupara toda la habitación y yo quedara aplastada por ella.

Es doloroso darse cuenta de que en la niñez ya tenía estos problemas. Pero mucho más doloroso ha sido sufrirlos durante toda mi juventud y mi vida adulta. En Neuróticos Anónimos en Línea, he encontrado la oportunidad de hacer algo para cambiar estas actitudes y comportamientos.

Creo que no he cumplido ninguna de las expectativas sobre mí misma y mi vida que tenía en la niñez y la adolescencia, pero ahora estoy dejando a un lado las expectativas y el sufrimiento que me causan y lo que tengo es esperanza en el futuro, aunque sin olvidar que sólo puedo vivir en el presente, no en el futuro o en el pasado, sino vivir hoy, estas 24 horas que tengo, en este momento. Gracias por el servicio, 24 horas de serenidad.