Yo siempre creí que era una persona que amaba de honestidad a los demás, que yo daba todo sin esperar nada cambio y sin embargo me preguntaba, cómo era posible que las parejas me dejaran si yo era tan «buenita». Fué hasta que llegué al grupo, que yo comerciaba con lo que llamaba «amor», porque primero me ponía de tapete para luego exigir que la pareja hiciera exactamente lo mismo o más, que estuviera a mi disposición que me perteneciera al 100%, y yo los obligaba casi casi a rendirme los honores, así como yo hacía con ellos, los hacía mis dioses, mis ídolos de barro, que como normales, se hartaban y se alejaban de mi. Gracias al programa es que me di cuenta que yo no sé amar, que yo sólo sé depender y que soy tacaña hasta con mi cariño a menos que obtenga algo a cambio. Desde que llevo el programa estoy aprendiendo una nueva forma de conocer esa palabra y de vivirla de diferente manera.
Gracias por el servicio y serenas 24 hrs.