Hola mi nombre es Aracely y soy neurótica.
Para mi la palabra depresión es algo que vivo todos los días, incluso antes de tener una terapia de grupo sabía o creía saber qué significado tenía la palabra depresión, lo escuchaba en la televisión, lo escuchaba repetir constantemente en voz de mi propia madre, y lo atribuía a una gran tristeza, a unas inmensas ganas de morir y acabar con todo. Muchos años mi fuerza fue un Dios, un Dios que conocí desde pequeña, ese Dios que me castigaba por mis pecados y que me tenía que premiar por mis buenas acciones. Pero un día, ese Dios ya no pudo con todo el cúmulo de cosas que tenía dentro de mi llamadas depresión. Ese Dios dejó de escucharme, ese Dios dejó de darme esas fuerzas para seguir, ese Dios de un momento a otro se convirtió en un enemigo dejándome sola a la deriva con sólo un motivo de vivir y parecerá un tanto contradictorio, el único objetivo era esperar la muerte. Pero como la muerte no iba a venir por más que la llamara y como yo no iba a ir a buscarla por mis infinitos miedos al qué va a pasar una vez que me mate, y es qué va a pasar pero con la gente de aquí en la tierra porque en realidad a mi me encantaría poder decir, con mi muerte van a ser miserables todos aquellos que me lastimaron y hablando de la pareja, va a sufrir el haberme dejado de hablar por periodos de tiempo y sufrirá por todo lo que le reste de vida mi ausencia. La única verdad es que no pasará eso, todo el mundo rehará sus vidas en menos de 24 horas y yo ya estaré quién sabe en dónde quizás hasta con mayor odio y resentimiento. Por eso es que esa opción de morir ya no era una opción, mi mejor opción era dejar de sufrir, pero cómo quitarme esa depresión? esa era la pregunta de millón, Cómo?
Al menos tenía la ligera noción de querer quitarme esa tristeza que cargaba en los huesos, en la piel, en la sangre en la respiración, esa tristeza-odio que transmitía hasta en un simple buenos días a la gente, siempre de malas y con miles de enfermedades. Cada día era algo nuevo, me duele el ojo, me duele el pie, me duele el intestino, tengo gastritis, tengo inflamación, tengo frío, tengo calor, me duele la muela, más y más enfermedades producto de la depresión, producto de que las cosas no sucedían como yo las pedía como yo las exigía y como yo esperaba que llegaran. Siguiéndole pidiendo a ese Dios que me diera dinero pero sin esfuerzo, trabajo pero trabajar con gente que si me cayera bien, los que me cayeran gordos esos fuera de mi camino, pidiéndole a Dios que la pareja me amara eternamente y tuviera una imagen impecable de mi porque sin ella yo no podía vivir. Pero nada ocurría como yo lo pedía, nada, seguía sin dinero, en el trabajo pura gente que me caía gorda, feos, nacos, corrientes, la única que valía la pena era yo y para rematar, la pareja tratándome tan mal, ignorándome, haciéndome a un lado y yo con este deseo de venganza que se iba haciendo mayor cada vez más.
Depresión, todas esas emociones son las que he experimentado y las que experimento todos los días si no me meto a mis juntas en Neuróticos Anónimos en Línea, llegué un día y desde ese primer día intenté dejarme guiar con el fin de que esa depresión desapareciera y se llevara todas esas emociones de odio, resentimiento, ira, celos, tristeza, ganas de matar, ganas de morirme. Y así fue, una junta, dos juntas, tres juntas y empezaba a respirar hasta de una manera diferente, yo no pude luchar sola contra la depresión, hasta ese Dios que tampoco pudo con esa depresión hoy lo he encontrado nuevamente, ese Dios que está para calmar un corazón herido pero dispuesto a dejarse guiar para recuperar la salud emocional que sólo con que yo me derrote ante él, puede salvarme de esta enfermedad.
Hoy la respuesta del cómo? la he encontrado, sólo dejándome guiar, sólo concientizando mi dolor y aprendiendo a confiar en ese Poder Superior que aquí me regalan. También concientizando que es sólo por 24 horas el sufrimiento o bien, la tranquilidad, por eso me invitan a valorar ambos y a seguir en mi terapia, para lograr una estabilidad emocional. Por hoy me encuentro en un fondo emocional pero dispuesta a echarle acción, a derrotarme cada 24 horas ante un Poder Superior y dejar que él haga su 50%. A mi me corresponde hacer mi 50% que es asistir a mi terapia, escuchar a mis compañeros y olvidarme de mi. Muchas gracias por el servicio. 24 horas.