Hola, mi nombre es Joel y soy Neurótico.
Las navidades y las fiestas de fin de año siempre han tenido un significado de tristeza y soledad para mi.
Cuando era niño estas fechas, como a todos los niños que conocía, me llenaban de ilusión y alegría, la fantasía de la magia de estos días me daban la ilusión de que todo en la vida era posible, que cualquier cosa buena podía pasar. Sin embargo las navidades como las aprendí siempre fueron dolorosas, terminando siempre en peleas familiares, golpes e insultos. El alcohol se hacía el principal anfitrión poniendo sus reglas y dirigiendolo todo.
Desde ese entonces ya veía las fiestas de fin de año como algo triste y lejos de alegrarme de que llegaran, me llenaba de tristeza, odio, resentimiento y con una profunda sensación de soledad. Las cosas nunca salieron como yo las quería, y comencé a sentir rechazo por la hipocresía que yo veía en la gente, a mi me parecía increíble que la gente realmente sintiera alegría por estas fechas, me parecía todo una gran actuación y yo, mirando con amargura muchas veces desde un rincón, otras integrándome un poco pero fingiendo estar feliz, despreciaba cada gesto, cada palabra, cada abrazo y cada beso que se repartía, pues lo consideraba falso, hipócrita, todo de dientes para fuera…
Cuando llegué a Neuróticos Anónimos, fue lo mismo. Llegué unas semanas antes de que fueran estas fechas y mis compañeros me escucharon manifestar mi odio por todo lo referente a la navidad y año nuevo, les hablaba del sentimiento de odio y coraje que me provocaban estas fechas, y me imaginaba que iba a ser lo mismo en esta navidad que pasé, que iba a tener que ponerme la «máscara» de que todo era hermoso y perfecto y de que realmente podía convivir con alegría con todos aquellos que siempre he considerado hipócritas, falsos y vacíos…
He podido ver, sin embargo, que las cosas no fueron como yo las esperaba. La gente que está a mi alrededor no era intolerante e hipócrita como yo las veía, sino más bien, trataban de tener una fiesta en paz, con todo y los problemas cotidianos que cada uno lleva en su haber, realmente disfrutan de convivir, de desearse cosas buenas, de brindar un abrazo sincero a los demás.
Las cosas no han cambiado ahora, la verdad es que ellos siguen siendo los mismos. Pero el grupo me ha dado la oportunidad de hablar sobre lo que siento, y sin ese velo que cubre mi percepción de las cosas, he podido ver un poco más claro que en años pasados, que la gente está bien, dentro de todos sus problemas y puntos de vista que difieren en muchas ocasiones con los míos, ellos tratan de hacer su vida lo más feliz que pueden. Me he dado cuenta de que el intolerante era yo, que aprendí conductas y actitudes para defenderme de un mundo que siempre me ha parecido cruel, duro, muy duro, y constantemente agredía, insultaba y hacía manifiesto mi odio con mis actitudes. No lo sabía desde luego, para mi era natural. Para mi todos estaban mal, menos yo.
El día de hoy, al tratar de cambiar mis actitudes, de comentar a mis compañeros del grupo cómo es que YO veo las cosas, he podido concebir un mundo menos hostil, más amoroso, y todo sin que nada a mi alrededor haya cambiado. Sólo cambié un poquitito yo, por hoy.
Les agradezco su tolerancia y les deseo que las siguientes 24 horas sean llenas de tranquilidad. Si no es así, ¡acércate!, aquí en Neuróticos Anónimos en Línea yo he encontrado una solución.